LOS PARAMOS EN COLOMBIA Y SUS BENEFICIOS

Al ascender a las montañas que circundan la ciudad de Bogotá, los botánicos y naturalistas Humboldt, Caldas y Mutis realizaron las primeras observaciones científicas acerca del paisaje paramuno. Posteriormente, en 1958, José Cuatrecasas consolidó en un esquema sus observaciones sobre la vegetación colombiana y los cambios fisionómicos que presenta, de acuerdo con el gradiente altitudinal de las cordilleras, el clima, la temperatura y el aspecto de la vegetación y la flora. En dicho esquema determinó ocho formaciones vegetales diferentes, definió los límites del páramo y lo subdividió en tres franjas.
ZONIFICACIÓN DEL PÁRAMO

A pesar de que varios botánicos y ecólogos modernos como Cleef, Rangel, Salamanca, Sturm, Vargas y Van der Hammen, entre otros, han realizado estudios detallados del páramo colombiano, el esquema clásico de Cuatrecasas, basado en criterios fisionómicos y florísticos se mantiene vigente, salvo algunas modificaciones que resultaron a partir del mayor conocimiento de la ecología y de la flora paramunas. Se han descrito 327 tipos de vegetación paramuna, entre matorrales, frailejonales, chuscales y pastizales. Cada una de las tres zonas —subpáramo, páramo propiamente dicho y superpáramo—, fue subdividida por Cleef, en 1980, en una franja alta y una baja.
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